La soja
La soja no es ninguna recién llegada a la dieta humana, pues durante al menos tres milenios ha sido honrada en los platos chinos en cualquiera de sus formas tradicionales: tofu, tonyu… Como se adapta bien a todos los climas, la soja ha ido seduciendo poco a poco a los gourmets de todo el mundo, desde los Estados Unidos hasta Europa, pasando por toda Asia. En Francia se descubrió en 1910 y desde entonces lo suyo es amor eterno.
Nuestro país vecino es el segundo productor de soja de la Unión Europea, por detrás de Italia, y en 2020 produjo 490.000 toneladas de soja. La planta se cultiva principalmente en la zona comprendida entre Burdeos y Estrasburgo, así como en el suroeste.
Perteneciente a la familia de las leguminosas, al igual que las alubias o los guisantes, la soja multiplica las cualidades nutricionales y es una de las verduras que las autoridades sanitarias recomiendan consumir dos veces por semana.
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La soja francesa: un cultivo responsable
La planta de la soja puede llegar a medir un metro de altura y echa flores rojas, blancas o malvas que producen unas vainas peludas que contienen de dos a tres semillas. Estas semillas no deben confundirse con los «brotes de soja», que en realidad son judías mungo.
La soja precisa un periodo de revegetación muy corto, de entre 3 y 4 meses, lo que la convierte en una planta ideal para adaptar su cultivo a la demanda y, de esta forma, garantizar una mejor oferta.
Ya han pasado 20 años desde que se comenzó a cultivar de manera ecológica y libre de OMG, y más de 30 años desde que la empresa se interesó por este tipo de prácticas. Sojade está muy involucrada en este sector y con sus proveedores, con quienes ha sabido forjar un vínculo de confianza muy estrecho. Algunas colaboraciones, la mayoría de hace más de diez años, les han permitido construir juntos una industria francesa de soja honesta y preocupada por la agroecología.
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La soja: una apuesta segura para una nutrición de calidad
La soja está repleta de proteínas altamente digestibles, lo que la convierte en un aliado esencial a la hora de diversificar la alimentación. Además de estar recomendada para compensar las intolerancias a las proteínas animales y a la lactosa, también garantiza un adecuado aporte de lípidos, presentes en los ácidos grasos insaturados. En resumen, los postres, bebidas vegetales y complementos culinarios, así como otras delicias elaboradas con soja, son ricos en vitaminas B y E de manera natural y no contienen colesterol. ¡Placeres sanos para un cuerpo sano!
¿Leche o bebida de soja?
¡La leche de soja es en realidad una bebida elaborada a base de soja! Una bebida que se obtiene siguiendo un procedimiento muy establecido (clasificado con el nombre de AFNOR NFV 29001) y elaborada exclusivamente a partir de habas enteras. Esto garantiza un contenido mínimo de proteínas de 36g/l. Para obtener esta bebida son necesarios cuatro pasos: descascarillar las habas, triturarlas, separarlas mecánicamente eliminando todas las fibras no solubles y, por último, cocerlas brevemente a muy alta temperatura.
El zumo de soja: un néctar para el bienestar
¿El resultado? Un zumo de soja con valores nutricionales muy altos y buenas cualidades gustativas. Elaboramos todas nuestras recetas a partir de este zumo de soja ecológico y libre de OMG. Todos nuestros postres, bebidas y complementos culinarios no tienen colesterol y, por supuesto, tampoco lactosa, ¡se benefician de todas las cualidades de la soja!